Looking for my Alter Ego...

     Tras tanto pensar, pensar y pensar, darle vueltas a la cabeza... ¿Con qué personaje famoso te identificas? ¿Con qué animal? Nada, no he encontrado ninguno dentro de este ámbito, lo único que más se me puede parecer o viceversa, es un teléfono móvil. Os preguntaréis, ¿por qué un móvil?, sí, ese objeto que usamos para comunicarnos unos con otros, útil, práctico, y cada vez más complejo a medida que adquiere conocimientos. Sí, ese que es capaz de hacer a una persona muy feliz como tan pronto es capaz de hacerla la más pesimista y triste del globo. Sigo una rutina similar a la de un móvil, ¿por qué?, habrá días de esplendor en los que estés en la cima del mundo, seas el Rey, todo estará bajo tus pies, la batería está rebosante de carga, pletórico, activo, con ganas de vivir y hacer cualquier cosa, de superar cualquier escollo, prestar ayuda a los demás.

Derrochas energía, pero... a medida que avanzas sin repostar la batertía se va agotanto, la carga reduciendo, cada vez queda menos hasta tal punto en el que te acabas apagando. Tras varios avisos, Pi..... Pi..... Pi.... Pi... Al final, tres, dos, uno... ¡zas! 0%, batería agotada. Son estos momentos en los que no quieres ver a nadie, el cansacio se apodera de ti, ya no estás para nadie, es más, ni si quiera para ti mismo. Tan exhausto que no respodes ni tú mismo a las llamadas...

“El teléfono marcado no se encuentra disponible en este momento, por favor inténtelo más tarde”.

...un simple contestador lo tiene que hacer por ti... Pero, ¿qué es lo que más me identifica con un teléfono móvil a parte de todo esto? Que por muy lacio que estés con una simple recarga vuelves a ser tú. Algunos dirán que es una montaña rusa pero no, es un ciclo, un periplo que el entendimiento no alcanza, es la vida.

Fuente foto: Google imágenes.